Lactancia
La lactancia materna no sólo hay que valorarla desde un punto de vista nutricional y de filiación materno-infantil, sino también desde el punto de vista preventivo y de promoción de la salud.
Todos los bebés nacen con cierto grado de retrognatia que se considera fisiológica. (retro=detrás gnatia=mentón). Esta diferencia entre un maxilar y otro va disminuyendo de forma que cuando acabe el crecimiento ambas estructuras deben estar en una relación adecuada situándose el maxilar superior siempre en una posición más anterior que la mandíbula. La lactancia materna estimula ese crecimiento anteroposterior de la mandíbula.
Un bebé que mama, refuerza y mantiene el circuito de respiración nasal fisiológico ya que puede succionar, deglutir y respirar (por la nariz) con una correcta sincronización, sin posibilidad de respirar por la boca. Al respirar por la nariz, hacemos que el suelo de las fosas nasales se expanda y, a su vez, el maxilar tenga un correcto desarrollo transversal, no esté comprimido y no se desarrollen maloclusiones.
Por este motivo añadir la importancia de la lactancia materna en la prevención de las maloclusiones. Es por esto que consideramos a la lactancia materna como el primer aparato de ortodoncia. Sabemos que la prevención es el camino a seguir y la lactancia materna es una herramienta preventiva de primer orden, barata y fácil de hacer, sólo hay que saber reconocerle esta función.